miércoles, 20 de junio de 2007

Articulo 3°


"Primer Encuentro de Don Bosco con María Mazzarello"


1863 es un año muy revuelto, por lo visto. María empieza a coger a niñas internas, abre una pequeña casa los fines de semana… Y en otro lado de Italia D. Bosco tiene un sueño. Sí, otro de sus sueños. Esta vez sueña que ya está bien de dedicarse sólo a los niños, las niñas también necesitan ayuda.

Y, casualidad, a los pocos días se encuentra con Don Pestarino el párroco del pueblo. Y hablando, hablando… le habla de María y su asociación. D. Bosco, que comprende que es lo que deseaba, empieza a maquinar… Promete ir al pueblo. De momento da al cura una medalla de Mª Auxiliadora para cada una de las jóvenes que trabajan con Maín, que era el nombre que daban a María Dominca Mazzarello.


¡Una medalla! ¡Vaya cosa! ¿Vaya cosa? Pensar que cuántas cosas consiguió Don Bosco pidiéndoselas a María Auxiliadora.
Y un día Don Bosco se presenta con la banda de sus chicos . ¡La que se armó! Como ya era famoso, hasta adornaron el pueblo. Conoce y saluda a María y sus amigas, cuando se va, lanza una propuesta al pueblo: ¿Por qué no hacéis un colegio? La cosa cuajó. Y todo el pueblo se puso a construir el colegio para Don Bosco.

Mientras, María y sus compañeras de Asociación deciden ir a vivir juntas, en comunidad, y así poder atender mejor a las niñas. Pero los padres de María se niegan. Don Pestarino intercede y les convence. ¡Empieza una nueva época para ellas! Eligen a María “directora”. Ella no quiere. ¡Si casi no sabía leer y escribir! Pero insisten tanto…que por fin acepta.


La verdad es que pasaron mucha hambre, viviendo como podían; pero como tenían claro lo que querían, siguieron adelante. Mientras tanto, el colegio está acabado y Don Bosco viene a bendecirlo. Cuando se entera de cómo viven las chicas, dice para sus adentros: ¡Ya está! Estás son las de mi sueño. Se encargarán de las chicas como yo de los chicos. (Es que en aquellos tiempos lo de los colegios mixtos se veía muy mal). Y les manda un reglamento.

Poco después llama a Don Pestarino para preguntarle cómo ve que las Hijas de la Inmaculada se conviertan en las Hijas de María Auxiliadora; es decir, que sean las Fundadoras de la Congregación de las Salesianas… Y para empezar, que el colegio que habían hecho sera para las chicas. ¡¡¡La que se armó en Mornese!!! Con lo que les había costado hacer el colegio ¡iba a ser para mujeres! Fue la guerra. Hasta piedras les tiraron. Como ven, quedaban aún algunos añitos para la liberación femenina
.


AMOR EN CAJITA DE LECHE.

Dos hermanitos en puros harapos sucio y maloliente, uno de cinco años y el otro de diez, iban pidiendo un poco de comida por las casas de la calle que rodea la colina. Estaban hambrientos: "vaya a trabajar y no molesten", se oía detrás de la puerta; "aquí no hay nada, pordiosero...", decía otro...Las múltiples tentativas frustradas entristecían a los niños... Por fin, una señora muy atenta les dijo: "Voy a ver si tengo algo para ustedes... ¡Pobrecitos!"

Y volvió con una cajita de leche.
¡Que fiesta! Ambos se sentaron en la acera.
El más pequeño le dijo al de diez años: "tú eres el mayor, toma primero...y lo miraba con sus dientes blancos, con la boca medio abierta, relamiéndose".
Yo contemplaba la escena como tonto... ¡Si vieran al mayor mirando de reojo al pequeñito...!

Se lleva la cajita a la boca y, haciendo de cuenta que bebía, apretaba los labios fuertemente para que no le entre ni una sola gota de leche. Después, extendiéndole la lata, decía al hermano:
"Ahora es tu turno. Sólo un poquito."
Y el hermanito, dando un trago exclamaba: "¡Está sabrosa!"
"Ahora yo", dice el mayor. Y llevándose a la boca la cajita, ya medio vacía, no bebía nada.
"Ahora tú", "Ahora yo", "Ahora tú", "Ahora yo"...

Y, después de tres, cuatro, cinco o seis tragos, el menor, de cabello ondulado, gordito, con la camisa afuera, se acababa toda la leche... él solito.
Esos "ahora tú", "ahora yo" me llenaron los ojos de lágrimas...
Y entonces, sucedió algo que me pareció extraordinario. El mayor comenzó a cantar, a bailar, a jugar fútbol con la caja vacía de leche.

Estaba radiante, con el estómago vacío, pero con el corazón rebosante de alegría.
Brincaba con la naturalidad de quien no hace nada extraordinario, o aún mejor, con la naturalidad de quien está habituado a hacer cosas extraordinarias sin darles la mayor importancia.
De aquél muchacho podemos aprender una gran lección: "Quien da es más feliz que quien recibe."

Es así que debemos amar. Sacrificándonos con tanta naturalidad, con tal elegancia, con tal discreción, que los demás ni siquiera puedan agradecernos el servicio que les prestamos."
¿Cómo podrías hoy encontrar un poco de esta "felicidad" y hacer la vida de alguien mejor, con más "gusto de ser vivida"?

¡Adelante, levántate y haz lo que sea necesario!
Cerca de nosotros puede haber un amigo que necesita de nuestro hombro, de nuestro consuelo y, quizá aún más, de un poco de nuestra paz....

Lucas 6:21 "Bienaventurados los que ahora tenéis hambre; porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.





martes, 12 de junio de 2007

¿Conoces a María Mazzarello?



Articulo 1:
El 9 de Mayo de 1837, en un caserío de un monte de un pueblecito llamado Mornese, nació una niña a la que pusieron el nombre de María. Su padre se llamaba José Mazzarello y su madre, María Calcagno.

Era la mayor de siete hermanos. Como entonces eran tiempos muy duros. No había ni tractores, ni cosechadoras… ella tuvo que ayudar en las tareas del campo desde muy pequeña. Además, no tenían colegio cerca, por lo que María aprendió justo a leer y escribir. Lo que pudieron enseñarle sus padres. Madrugaba muchísimo porque antes de ir a trabajar, tenía que dejar todo arreglado en casa y, encima, quería ir a misa.

Así que todos los días se levantaba y ¡hala! de la Valponasca (su barrio) hasta el pueblo, misa, otra vez a casa (7 de la mañana) y ¡a hacer las cosas! María era impresionante. En el pueblo no había campesino que la ganase cuando trabajaba en el campo. Algunos decían: “Lo que me fastidia es que siendo nosotros hombres hechos y derechos, siempre nos gane esa chiquilla” Y es que en aquellos tiempos a los hombres no les sentaba muy bien que les ganase una mujer.

Hoy, gracias a Dios, ya no es así… ¿o sí? Cuando volvía del campo, se asomaba a la ventana. Desde allí se veía todo el valle. ¡Una vista magnífica! Y María entonces pensaba: ¡Jo, Dios qué mundo más precioso has hecho! Y rezaba un poco: Unas veces le daba gracias, otras le pedía algo que deseaba… Pero no creáis que era una santita. No, no… La verdad es que como ganaba a todos los hombres y era inteligente, se lo tenía bastante creído. Lo que pasa es que encontró la horma de su zapato: el cura del pueblo.

Don Pestarino, que así le llamaban era muy simpático y amable y cuando veía que María se pasaba un poco, toque que le daba. Le decía: “María, esas cualidades que tú tienes ¿crees que son para restregárselas a los demás por la cara? ¿Por qué no las usas para ayudarles? ¡Claro! a ella le daba una rabia… pero, como se daba cuenta de que él tenía razón…


lunes, 11 de junio de 2007

"María Mazzarello modista del pueblo"




Articulo 2:
En aquellos tiempos, hace más de 100 años, no había Casas de Cultura, ni Club de tiempo Libre, pero sí había asociaciones. Una chica del pueblo de al lado, ayudada por Don Pestarino, montó en la Iglesia un grupo como los que tenemos en nuestros colegios y parroquias que se llamaba Hijas de la Inmaculada. María se inscribió. Para de qué servía este grupo, y se preguntó:¿Para qué sirve? y le respondieron: Ayudar a los demás y ayudarnos entre nosotros a ser cada vez mejores personas, tratando de hacer lo que Jesús nos pidió.

¿Qué os parece? ¿Parecida a la nuestra o no? Al poco tiempo de cambiarse del caserío al pueblo, se declara en él, el tifus. Es una enfermedad terrible, muchas veces mortal, que se produce por beber aguas sin depurar. En nuestros tiempos se da todavía en lugares del Tercer Mundo en los que no tienen depuradoras como las nuestras. Don Pestarino pide a María que cuide a una familia entera que se había contagiado. Ella acepta. La familia se recupera, pero ella cae muy enferma. Estuvo durante dos meses al borde de la muerte. Al final se recupera, pero con graves secuelas. Queda muy débil, con muy pocas fuerzas y ya no puede volver a trabajar en el campo. ¡Ella que había ganado a todos! María entonces se sintió desorientada ¿A qué me dedico yo ahora? Una pregunta que alguna vez se habran hecho o que se la tendrían que hacer muy pronto. Pero ella vivía en un pueblo perdido y encima era mujer, en aquéllos tiempos….

Entonces se le ocurrió: ¡Seré modista! Convenció a su prima y se van a aprender a coser con el sastre y la modista del pueblo. Cuando ya dominan el tema, montan un taller para enseñar a las chicas del pueblo. Con un doble objetivo: " las enseñaremos a coser y les ayudaremos a que crezcan siendo unas buenas personas". Como eran jóvenes y buenas maestras de costura, muchas familias les mandaron a sus hijas. Y en el año 1863 María se encuentra de nuevo en una situación que marcaría su futuro. Un par de niñas del pueblo, de 6 y 8 años, quedan huérfanas de madre. El padre, que por su trabajo debe viajar constantemente, le pide a María que acoja a las niñas internas. ¡Tremendo desafió! Ella no sabía qué hacer y fue a pedir consejo. ¿A quién? ¡A Don Pestarino!sacerdote del pueblo. ¡Cómo no! Y él, que las conocía muy bien y sabía que lo podían hacer estupendamente, las animó. Así que alquilaron una habitación. Fueron llegando más huérfanas… y tuvieron que alquilar una casita más grande. Y en mayo empezaron un oratorio los fines de semana. ¿Quién se lo iba a decir cuando estaba allá en el campo?

jueves, 7 de junio de 2007

" EUCARISTÍA EN LA ESCUELA LAURA VICUÑA"












La comunidad de la escuela "Laura Vicuña" de Valdivia, celebró la Eucaristía del mes de María Auxiliadora,que se realizó el 24 de Mayo a las 9.30 hrs. en el gimnasio del establecimiento, con la presencia de los alumnos, apoderados, profesores, administrativos,auxiliares e invitados.Celebró la Misa el Padre salesiano Ulises Aliaga, donde destaco la presencia de María Auxiliadora como Madre, Maestra que educa a los niños y jóvenes, les enseño que el amor y el respeto al prójimo es fundamental para la buena convivencia escolar.Los alumnos se comportaron de una manera excelente tanto en su participación como en su comportamiento.Después de la Eucaristía se les otorgo una rico desayuno, y un merecido recreo, finalizó el mes la Auxiliadora con un hermoso acto académico.y posteriormente se premiara la alianza ganadora. Felicidades por su participación.

martes, 5 de junio de 2007

¿Quién es Don Bosco?


San Juan Bosco.

La biografía de san Juan Bosco es muy simple y muy compleja. Muy simple porque puede reducirse a una frase: "El hombre que consagró su vida a los jóvenes". Y muy complicada porque ha necesitado veinte tomos de muchas páginas, lo suficientemente difíciles para reducirlas a unas pocas. Hagamos un esfuerzo.

El sueño de los nueve años:

Juan Bosco nace en I Becchi, un caserío de Castelnuovo de Asti, del Piamonte italiano, el 16 de agosto de 1815. Huérfano de padre a los dos años, tiene la suerte de una madre santa, mamá Margarita, que lo educa con ternura y fortaleza. Juan es el pequeño de tres hermanos varones. Tiene una inteligencia despierta, una imaginación viva y una gran fuerza de voluntad. Es el jefe de sus compañeros, a los que les repite los sermones del cura y los divierte con juegos y cuentos. El mismo hará de funambulista, cuidará las vacas y clavará sus ojos en los libros, pues se le ha metido en la cabeza que quiere ser sacerdote.

A los nueve años tiene un sueño que marca su vida. Se halla entre una muchedumbre de chiquillos que ríen, juegan y blasfeman. Juan pretende hacerlos callar a puñetazos. Aparece un personaje que le llama por su nombre y le dice: "No con golpes, sino con dulzura, con amor". También aparece la Señora. Lo toma de la mano y le hace ver el extraño ganado de cabritos, perros, gatos, osos y otros animales feroces. "He aquí tu campo -le dice-. Hazte humilde, fuerte y robusto". Enseguida aquellas fieras se van transformando en mansos corderillos que hacen fiesta en torno al Señor y a la Señora. Juanito rompe a llorar. No entiende de qué se trata. La Señora pone la mano en la cabeza del muchacho y le dice: "A su debido tiempo lo entenderás todo". Y despierta.

En breves rasgos vemos: su vocación (lo llamó por su nombre), su misión ("He aquí tu campo"), su estilo ("No con golpes"), su Maestra (la Señora). "Quizás un día llegarás a ser sacerdote", adivina mamá Margarita. Don Bosco será un soñador, un vidente al estilo de los profetas bíblicos. Pero, a pesar de sus dificultades, sabrá llevar los sueños a la realidad.

"Mi vida será para los jóvenes"

Juanito Bosco es un crío de pocos años. Un día se encuentra por la calle al sacerdote. Sale corriendo a saludarlo, a charlar con él. El cura no le hace caso: tiene muchas cosas que hacer. El chiquillo se desahoga con su madre.
- No me ha hecho caso el señor cura.
- Hijo, es que está muy ocupado.
- Pero los niños también somos personas que debe cuidar.

Y el pequeño confiesa con voz profética: "Si un día llego a ser sacerdote, dedicaré toda mi vida a los jóvenes". Y cuando Juan dice una palabra, la cumple.

Dificultades en su camino

Para ser sacerdote tiene que estudiar. Pero los pobres no tienen medios. Además, su hermanastro, Antonio, se le opone radicalmente: "Yo no he estudiado -le dice- y mira lo fuerte que estoy". Rápido en reflejos, Juan le contesta: "Tampoco ha estudiado el burro de casa y está más fuerte que tú". Esta oposición le obliga a salir de su casa natal de I Becchi. En la ciudad de Chieri trabaja y estudia: hace de camarero, de sastre, herrero y carpintero. Da clases a alumnos atrasados. Todo le servirá para la fundación de los primeros talleres de artes y oficios para los aprendices.
Hace el bachillerato y funda la "Sociedad de la Alegría" con un grupo de jóvenes compañeros de clase. Ahí está la raía de uno de sus grandes principios: "Santidad es alegría". El saltimbanqui famoso de I Becchi desafía a titiriteros y charlatanes para ganar a sus amigos.
Recibe la ordenación sacerdotal el 5 de junio de 1841, a los veintiséis años. Mamá Margarita le dice unas palabras inolvidables: "Comenzar a decir misa es comenzar a sufrir".

El oratorio festivo

8 de diciembre de 1841. Don Bosco va a celebrar la Eucaristía en la iglesia de San Francisco, de Turín. El sacristán encuentra a un pobre chaval en la sacristía y le manda ayudar a misa. No sabe de qué se trata.
- Entonces, ¿qué haces aquí?
De malas maneras, lo echa a la calle a gritos y escobazos. Interviene Don Bosco:
- ¿Qué hace usted? ¿Por qué le pega? ¿No sabe que es un amigo mío? Llámelo enseguida: tengo que hablar con él.
El muchacho vuelve cabizbajo y temeroso. Lleva la cabeza rapada y la chaquetilla sucia de cal. Es un huérfano inmigrante. Terminada la misa, Don Bosco entabla un diálogo. Le pregunta por su nombre, por su oficio, por su familia, por su edad. Le pregunta si sabe cantar. No, no sabe nada. Y luego, la pregunta clave: "¿Sabes silbar?" El chaval se echa a reír. Tiene dieciséis años y no ha hecho la primera comunión. No se atreve a ir al catecismo porque es un grandullón entre los pequeños, que le toman el pelo. Y Don Bosco se ofrece a darle la primera lección de catequesis. Empiezan con un Avemaría.
Al domingo siguiente eran nueve. Luego...
Así empezó Don Bosco su obra, con una catequesis. Después vendrán el Oratorio Festivo y los centros juveniles y los colegios y los internados y las escuelas profesionales y las residencias y las misiones. Una obra que crece como el grano de mostaza en los cinco continentes.