miércoles, 26 de diciembre de 2007

¡ Feliz Navidad!



"Que el niño Jesús, que ha nacido en esta Navidad traiga Paz,Amor, Gozo y Bondad, para todos, sea él quien derrame abundantes Bendiciones para ustedes y sus familias. Feliz Navidad y este Dios-Niño, llene sus corazones y los haga fluir desde sus hogares al mundo para que asi estalle en un resplandor Divino venciendo las tinieblas del mal. Saludos y bendiciones, para que estemos todos unidos en una hermosa armonía de Amor que llegue directo a cada corazón de todos.

¡¡¡FELICIDADES!!!

¡¡¡QUE DIOS LOS BENDIGA HOY Y SIEMPRE!!!


Una historia de Navidad.


Había una vez un precioso país, situado al Sur, muy al Sur, y al Oeste, muy al Oeste, de Europa; más bien parecía un cruce de caminos, un escalón hacia el Norte, hacia el Sur, hacia el Saliente y hacia Poniente.

Pues bien, en aquel país había un .Cole., un colegio más, de tantos y tantos colegios repartidos por sus ciudades y pueblos.

Las clases venían impartiéndose en sus aulas desde los comienzos del siglo XX. Siempre con toda normalidad; tanta normalidad que a veces se caía en la monotonía. Pasaron los años, los meses, los días, las horas y llegó el siglo XXI.

A aquel país encrucijada de caminos, empezaron a llegar muchas familias de todos los puntos cardinales. Y con las familias niños y niñas con distintos idiomas, colores y costumbres. Y claro, las aulas de aquel hermoso y vetusto colegio se fueron llenando con aquellos niños y niñas que se unían a los que siempre habían vivido en aquel país.

Los profesores estaban preocupados. Su labor ahora, se iba haciendo más difícil ante aquella diversidad. ¿Sería un obstáculo en su tarea?

Corría el mes de diciembre y como siempre llegaba la Navidad. Los profesores se reunieron en claustro. Allí se plantearían sus temores, sus preocupaciones y sus ganas de hacer las cosas cada vez mejor con aquellos alumnos y alumnas recién llegados. Se leyó el acta del Claustro anterior. Se aprobó.

Y cuando iba a comenzar el gran tema que les reunía apareció por la puerta el conserje. Llevaba una gran cesta, de aquellas de Navidad, adornada con un hermoso lazo de color rojo.

Dentro de la cesta, y colocadas de forma primorosa, un sin fin de frutas: piñas, naranjas, uvas, kakis, mangos, plátanos, lichis, manzanas, arándanos, frambuesas, kiwis, moras, peras, cerezas, papayas, dátiles...

Se acercó a la gran mesa y dijo: .Miren, aquí les dejo este obsequio que acaban de dejar tres señores muy distinguidos y que no han querido decir su nombre..

Los profesores se quedaron gratamente sorprendidos.

Hubo un silencio y alguien dijo: .Fijaos, todas frutas y todas distintas y qué bonita diversidad de tamaños, formas y colores. No sabría con cuál quedarme. Aunque si, creo que me quedaría con todas.

Rieron todos la ocurrencia de su compañero. Se hizo de nuevo un breve silencio. Se miraron unos a otros, y un mismo pensamiento les unió y animó. Un pensamiento que pareció disiparles los temores, infundiéndoles ánimo y fuerza: .Eso eran sus alumnos y alumnas, un gran cesto de frutas preciosas y diversas que aumentaban su belleza y su valor estando juntas..

No escatimarían esfuerzos para lograr su desarrollo como personas iguales, aunque ello entrañara un sin fin de dificultades.

La fuerza les vino por eso, porque era Navidad, y Navidad siempre ha significado comprensión, tolerancia y amor.

Autora: Margarita Rivera.


MUY FELICES FIESTAS ¡Que Dios-niño siga naciendo en nuestros corazones!


martes, 11 de diciembre de 2007




¡Corre pequeño, corre!

Un niño corre descalzo, son las 3:00 de la mañana, mientras corre va llorando y al cielo le va pidiendo que su hermano no se muera pues la tos lo está matando…

En cada paso una piedra va lastimando e hiriendo los pies de este pobre niño, que por falta de sus padres, no sabe ni a donde ir, su padre murió borracho, su madre los olvidó

¡Sigue pequeño, no te detengas!

Le dice una voz que apenas se escucha, por el silbido del viento que le va golpeando el rostro, el frío es insoportable sus dientes van rechinando y sus labios van sangrando ¡Que pesar y que dolor!

Mis lágrimas van cayendo mientras nuestro niño avanza, faltan tan solo dos horas, de las dos ya recorridas tiene que llegar al pueblo y esperar que por piedad el médico lo acompañé hasta la sierra mas alta a curar a su hermanito que lento se está muriendo…

¡Corre pequeño, corre!

Vuelve a susurrar la voz, sus piecitos van temblando y la sangre se hace lodo con el polvo del camino, el aire se le hace poco, pero el temor no lo ha vencido pues ha llegado a la casa del médico que buscaba, el hombre sale corriendo y el pequeño queda atrás el cansancio ya es bastante…

Pero no va a detenerse, logra alcanzar al doctor quien lo ha tomado en brazos y con él sigue corriendo, esperando que el creador le permita ver con vida al huérfano que está enfermo…

¡Pobre niño!

¿Quién te consolará?... ¿quién secará tus lágrimas cuando la noticia veas?

Tu hermanito se ha marchado a donde no habrá ya mas frío, pero está muy orgulloso de saber que tú lo quieres, de saber que tu vida has puesto, por amor a la de él…

Murieron los dos pequeños a causa de la maldad, el alcohol mató a su padre, el dolor se llevó a su madre, no podían seguir sufriendo.

La vacuna de la Navidad

A estas alturas y disfrutando del puente de la fiesta de la Inmaculada no es noticia decir que se acerca la Navidad. Nuestras calles se han llenado de luces y adornos, más o menos originales, nuestras interminables cenas de empresa las contamos a pares, nuestros escaparates, nuestras grandes superficies y grandes almacenes se han engalanado con los mejores artículos y productos típicos y la tele está llena de incansables anuncios que pretenden decirnos cómo vivir una auténtica Navidad.

Pero ante todo esto es necesario vacunarse contra cualquier engaño o confusión y tener bien claro que el gran protagonista de la Navidad no es ni don polvorón, ni don mazapán, ni doña colonia o don juguete, ni incluso el deseado don langostino.

Nuestro gran protagonista es Jesucristo, su nacimiento y su presencia entre nosotros. Y que nadie nos diga o nos venda otra cosa para estos días, por eso hay que ponerse un buen antivirus contra cualquier sucedáneo de la Navidad.

Hoy más que nunca hemos de recuperar el sentido cristiano de estas fechas y hemos de reivindicarlo desde la familia, también protagonista de estas fechas: reencuentro, oraciones, montaje del belén, campaña de Navidad, preocupación por los más pobres y los que están solos, cuidado de la liturgia, vida en la Parroquia.... Qué gran suerte poder disfrutar en estos días de la familia, de los de lejos y de los de cerca, teniendo presente a los que se marcharon a la Casa del Padre y de los que seguimos creciendo y viviendo una Navidad más año tras año, junto a los nuestros.

Las Navidades son del Niño Jesús, del Dios hecho hombre y apasionado por la vida y por cada uno de nosotros, nada edulcorado ni acaramelado, y de la familia, de la de sangre y de la de fe, y después que se apunten a la Navidad todos los que quieran. Hay que consumir Navidad en familia pero de la buena. Feliz vacunación.

martes, 4 de diciembre de 2007