martes, 2 de octubre de 2007


RECETA PARA UN MATRIMONIO FELIZ

Ponga a cocinar a fuego vivo

un trozo de amor. El agua de ilusiones

y esperanzas que le den más sabor.

Cuando ésta se evapora,

se le agregan cien gramos de pasión,

un miligramo apenas de locura,

dulzura y alegría a discreción.

Y cuando se disipe la fragancia de este

primer hervor, añádase complacencia

y especias de paciencia y buen humor.

Cuézase a fuego lento;

en un litro de agua y comprensión

(no poner vinagre al condimento).

Y agregarle una pizca de perdón.

Y se tendrá por fin, ya sazonado,

con un poco de sal espiritual

un plato bien servido y presentado

del menú conyugal.


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