"Primer Encuentro de Don Bosco con María Mazzarello"
1863 es un año muy revuelto, por lo visto. María empieza a coger a niñas internas, abre una pequeña casa los fines de semana… Y en otro lado de Italia D. Bosco tiene un sueño. Sí, otro de sus sueños. Esta vez sueña que ya está bien de dedicarse sólo a los niños, las niñas también necesitan ayuda.
Y, casualidad, a los pocos días se encuentra con Don Pestarino el párroco del pueblo. Y hablando, hablando… le habla de María y su asociación. D. Bosco, que comprende que es lo que deseaba, empieza a maquinar… Promete ir al pueblo. De momento da al cura una medalla de Mª Auxiliadora para cada una de las jóvenes que trabajan con Maín, que era el nombre que daban a María Dominca Mazzarello.
¡Una medalla! ¡Vaya cosa! ¿Vaya cosa? Pensar que cuántas cosas consiguió Don Bosco pidiéndoselas a María Auxiliadora.
Y un día Don Bosco se presenta con la banda de sus chicos . ¡La que se armó! Como ya era famoso, hasta adornaron el pueblo. Conoce y saluda a María y sus amigas, cuando se va, lanza una propuesta al pueblo: ¿Por qué no hacéis un colegio? La cosa cuajó. Y todo el pueblo se puso a construir el colegio para Don Bosco.
Mientras, María y sus compañeras de Asociación deciden ir a vivir juntas, en comunidad, y así poder atender mejor a las niñas. Pero los padres de María se niegan. Don Pestarino intercede y les convence. ¡Empieza una nueva época para ellas! Eligen a María “directora”. Ella no quiere. ¡Si casi no sabía leer y escribir! Pero insisten tanto…que por fin acepta.
La verdad es que pasaron mucha hambre, viviendo como podían; pero como tenían claro lo que querían, siguieron adelante. Mientras tanto, el colegio está acabado y Don Bosco viene a bendecirlo. Cuando se entera de cómo viven las chicas, dice para sus adentros: ¡Ya está! Estás son las de mi sueño. Se encargarán de las chicas como yo de los chicos. (Es que en aquellos tiempos lo de los colegios mixtos se veía muy mal). Y les manda un reglamento.
Poco después llama a Don Pestarino para preguntarle cómo ve que las Hijas de la Inmaculada se conviertan en las Hijas de María Auxiliadora; es decir, que sean las Fundadoras de la Congregación de las Salesianas… Y para empezar, que el colegio que habían hecho sera para las chicas. ¡¡¡La que se armó en Mornese!!! Con lo que les había costado hacer el colegio ¡iba a ser para mujeres! Fue la guerra. Hasta piedras les tiraron. Como ven, quedaban aún algunos añitos para la liberación femenina.
1863 es un año muy revuelto, por lo visto. María empieza a coger a niñas internas, abre una pequeña casa los fines de semana… Y en otro lado de Italia D. Bosco tiene un sueño. Sí, otro de sus sueños. Esta vez sueña que ya está bien de dedicarse sólo a los niños, las niñas también necesitan ayuda.
Y, casualidad, a los pocos días se encuentra con Don Pestarino el párroco del pueblo. Y hablando, hablando… le habla de María y su asociación. D. Bosco, que comprende que es lo que deseaba, empieza a maquinar… Promete ir al pueblo. De momento da al cura una medalla de Mª Auxiliadora para cada una de las jóvenes que trabajan con Maín, que era el nombre que daban a María Dominca Mazzarello.
¡Una medalla! ¡Vaya cosa! ¿Vaya cosa? Pensar que cuántas cosas consiguió Don Bosco pidiéndoselas a María Auxiliadora.
Y un día Don Bosco se presenta con la banda de sus chicos . ¡La que se armó! Como ya era famoso, hasta adornaron el pueblo. Conoce y saluda a María y sus amigas, cuando se va, lanza una propuesta al pueblo: ¿Por qué no hacéis un colegio? La cosa cuajó. Y todo el pueblo se puso a construir el colegio para Don Bosco.
Mientras, María y sus compañeras de Asociación deciden ir a vivir juntas, en comunidad, y así poder atender mejor a las niñas. Pero los padres de María se niegan. Don Pestarino intercede y les convence. ¡Empieza una nueva época para ellas! Eligen a María “directora”. Ella no quiere. ¡Si casi no sabía leer y escribir! Pero insisten tanto…que por fin acepta.
La verdad es que pasaron mucha hambre, viviendo como podían; pero como tenían claro lo que querían, siguieron adelante. Mientras tanto, el colegio está acabado y Don Bosco viene a bendecirlo. Cuando se entera de cómo viven las chicas, dice para sus adentros: ¡Ya está! Estás son las de mi sueño. Se encargarán de las chicas como yo de los chicos. (Es que en aquellos tiempos lo de los colegios mixtos se veía muy mal). Y les manda un reglamento.
Poco después llama a Don Pestarino para preguntarle cómo ve que las Hijas de la Inmaculada se conviertan en las Hijas de María Auxiliadora; es decir, que sean las Fundadoras de la Congregación de las Salesianas… Y para empezar, que el colegio que habían hecho sera para las chicas. ¡¡¡La que se armó en Mornese!!! Con lo que les había costado hacer el colegio ¡iba a ser para mujeres! Fue la guerra. Hasta piedras les tiraron. Como ven, quedaban aún algunos añitos para la liberación femenina.
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